En las entrañas del huracán

Por Tlachinollan Con la furia del viento nuestra casa vibraba. Sentíamos que en cualquier momento nos sepultaría. El agua que llegó a un metro nos obligó a buscar un espacio donde guarecernos. No había forma de salir a la calle. Su fuerza arrastraba todo. La sensación de la muerte era una amenaza inminente. Resistimos en un rincón de la casa donde el agua perdía fuerza. Fueron 5 horas intensas de miedo, sufrimiento y llanto, de conjuros y rezos. Las palmas…