En el año 2014, con el anuncio del gobierno de Enrique Peña Nieto de la reactivación del proyecto de construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) en el Lago de Texcoco, quienes integramos la Coordinadora de Pueblos y Organizaciones del Oriente del Estado de México en Defensa de la Tierra, el Agua y su Cultura y que como Pueblo Nahua del Valle de México formamos parte del Congreso Nacional Indígena, alzamos la voz para insistir en el impacto negativo que ello significaría, por tratarse de un proyecto que centralizaría el servicio en un solo aeropuerto, inutilizando al Sistema de Aeropuertos ya existente en la región centro del país y causando la muerte del Lago de Texcoco, -sitio de altísimo valor histórico, símbolo de la nación, regulador natural del agua de lluvia y la temperatura y eje del equilibrio ecológico de toda la Cuenca del Valle de México (cambio climático y calentamiento global), lugar de anidación y reproducción de miles de aves migratorias y del cultivo de tesoros nutricionales ancestrales como el alga espirulina, el ahuautle, el tequexquite y la sal de tierra- además de la contaminación por desechos, smog y ruido; la devastación de especies endémicas de plantas y animales; la destrucción de santuarios, cerros sagrados y su riqueza arqueológica incluida la franja prehistórica de la ribera del lago; la canalización de ríos y manantiales; la pavimentación de la capa vegetal que impediría la filtración de agua de lluvia para la recarga de los acuíferos; el intenso uso de energía eléctrica; la sobre-población; la construcción de unidades habitacionales, centros comerciales, parques industriales y eólicos, granjas de paneles solares, gasoductos, gigantescos basureros e incineradoras; la pérdida de la soberanía alimentaria y del comercio local; el rompimiento del tejido social; la sobre-explotación de los bienes naturales de la tierra y el desastre climático, condenando a ejidos, pueblos originarios y comunidades indígenas nahuas herederas de la sabiduría ancestral como la medicina tradicional y nuestra lengua madre el náhuatl, a la pobreza, al desplazamiento forzado y a la extinción; así como al colapso de la propia Ciudad de México.
De ese momento a la fecha, hemos trabajado incansablemente y por nuestros propios medios, para informar y contribuir a la concientización de la población sobre el discurso de un falso progreso y las graves afectaciones del proyecto de construcción del NAICM; además de, con la ayuda de científicos solidarios de primer nivel de nuestro país y del extranjero, haber logrado probar en base a estudios especializados su no-viabilidad en una zona altamente sísmica, tres veces más salina que el mar, que además es el punto más bajo de la Cuenca de México y cuyo riesgo de hundimientos e inundaciones es inminente.
Pero el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México y el Gobierno Federal parecían no escuchar y a pesar de nuestras advertencias y recomendaciones, iniciaron los trabajos del Nuevo Aeropuerto y sus obras de conectividad, viniendo con ello la especulación, el engaño, las asambleas fraudulentas, el arrebato de tierras, la apropiación ilegal de cientos de hectáreas que afectaron la vida comunal y ejidal de los pueblos; la demolición de viviendas, la represión y los desalojos con violencia de los campamentos de ejidatarios que estaban defendiendo su territorio, valiéndose para ello del uso de la fuerza pública (ejército, marina, policías y los paramilitares priístas de Antorcha Campesina), con la complicidad de las instituciones como la SCT, CONAGUA, SEMARNAT, CFE, SEDATU, INAH, los gobiernos estatales y municipales, las autoridades agrarias, comisariados ejidales y delegados afines.
Iniciaron también la llamada nivelación del terreno para la construcción de las pistas de aterrizaje, que consistió en la remoción del suelo natural del Lago de Texcoco y de los lodos tóxicos de los desazolves de los drenajes a cielo abierto de la Ciudad de México que por décadas la CONAGUA había ido depositando ahí junto con el escombro y otros desechos de los edificios y hospitales que colapsaron con el sismo de 1985. Se cuentan en millones de toneladas estos desechos, que miles de camiones y trailers acarrearon y que fueron utilizados para rellenar los socavones de las antigüas minas de la Zona de la Montaña de Texcoco y de otros pueblos hermanos colindantes, contaminando las tierras de cultivo y el agua subterránea de los acuíferos. Se dinamitaron y devastaron también, cientos de cerros de la cuenca para la extracción de materiales como el tezontle, el basalto y el tepetate, para con ellos sustituir el suelo, ocasionando un daño ambiental irreversible al lecho del lago y su entorno. Continúa el desmonte y destrucción de vegetación natural y el vaciado de cemento en los cauces de los ríos, así como el corte, arranque y derribe de árboles y la introducción de especies exóticas invasoras para México, entre otros delitos.
En el año 2015 continuamos nuestro esfuerzo organizativo creando el Frente Amplio No Partidista en contra del Nuevo Aeropuerto y otros Megaproyectos en la Cuenca del Valle de México y en 2016, nuestra lucha en contra de la construcción de un Nuevo Aeropuerto de seis pistas en el vaso del Lago de Texcoco en México, se integró a la Acción Global en contra de la Expansión de la Aviación y la construcción de más Aeropuertos en el mundo, por tratarse de la industria más contaminante de la atmósfera en el planeta, una de las de mayor consumo de energía y la principal responsable del Cambio Climático; además de la lucha en contra del uso de los Biocombustibles.
En ese mismo año 2016, alertamos también sobre el Principio Precautorio que al ser parte de los Tratados Internacionales firmados por México, ya tiene categoría constitucional dentro del país; así como dela deuda que provocaría la mega-obra y nuestro temor fundado de que esta recaería en el pueblo de México, razón por la cual fueron entregadas cartas a las matrices y representaciones en México de los bancos extranjeros que iban a financiar el megaproyecto, para manifestarles nuestra inconformidad por el endeudamiento público irresponsable y los riesgos que implicarían las inversiones que como instituciones financieras decidieran hacer a través de créditos y emisiones de bonos para la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) y exigiéndoles no hacer más préstamos al entonces gobierno federal mexicano, cuyo pago ni futuros gobiernos ni el pueblo de México les garantizarían, porque condenarían a nuestra gente a vivir en la miseria indefinidamente, por el pago y el alto costo de la deuda sumado a la grave corrupción existente en el manejo de los fondos y al incremento de los costos del proyecto que seguros estábamos, no se respetarían, sino que se elevarían de manera importante porque así ha ocurrido en América Latina y otras partes del mundo como en Grecia, España y Argentina, aunque en México ya tenemos un Fobaproa mediante el cual el gobierno obliga al pueblo a pagar las deudas de empresas privadas y las suyas propias.
Así que los bancos inversionistas del NAICM, estaban advertidos!
Para 2017, los sobre-costos, la corrupción y el atraso de la obra eran evidentes, así que el Gobierno Federal habilitó 14 kilómetros de vías y un tren de carga para acelerar los trabajos y evitar la posible cancelación del Nuevo Aeropuerto; pero la temporada de lluvias y el sismo del 19 de septiembre confirmaron lo inevitable, su rotundo fracaso.
Este 2018, fuimos recibidos en la sede regional para Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de la Organización de Aviación Civil Internacional (ICAO-OACI) dependiente de la ONU, donde por escrito y de viva vozdenunciamos que el megaproyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), no obedece a necesidades reales sino a un afán de negocio de los grupos de poder económico y político; así como el daño irreversible a los Ecosistemas, al Medio Ambiente, al Cambio Climático, a la Contaminación de la Atmósfera terrestre y a la Capa de Ozono del Planeta; proporcionando datos que en materia de Aeronáutica demuestran que el Nuevo Aeropuerto presenta errores en su diseño y planeación y no cumple con los estándares internacionales de seguridad, eficacia e impacto al medio ambiente que son responsabilidad de la ICAO-OACI-ONU vigilar y hacer cumplir.
Por otro lado, hicimos presencia en la 8ª edición del Foro Social Mundial de las Migraciones, donde también denunciamos nuestra problemática y la amenaza latente de desplazamiento forzado de nuestros pueblos por la necedad e imposición de la construcción del Nuevo Aeropuerto, su Aerotrópolis y obras asociadas, en la Cuenca del Valle de México.
Asimismo, ingresamos un escrito para el titular de la Semarnat, con copia al todavía entonces presidente Enrique Peña Nieto y otras instancias involucradas de los 3 niveles de gobierno, preguntándoles¿Quién va a responder y a resarcir el impacto ambiental de la construcción del Nuevo Aeropuerto a nuestras tierras y territorios ancestrales, recursos naturales y patrimonio histórico, arqueológico y cultural que invadieron, despojaron, contaminaron y destruyeron; violentando nuestros intereses, derechos humanos y derechos autónomos fundamentales de propiedad y posesión como pueblos, comunidades y barrios originarios?
Finalmente, dada la ilegalidad de la consulta que se utilizó mediáticamente para dar una salida al gobierno de Peña Nieto que no admitía su fracaso con el proyecto de construcción del Nuevo Aeropuerto en el Lago de Texcoco por lo complicado de las condiciones orográficas y geológicas del terreno y la duplicidad en costos; y las declaraciones del Gobierno Federal actual y el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México de que los trabajos de construcción del NAICM en el Lago de Texcoco continuarán “hasta revisar nuevamente el proyecto, los avances y negociar con los acreedores e inversionistas los bonos de deuda”, nos vimos en la necesidad de incorporar la herramienta jurídica a nuestra lucha, para lo cual constituimos la Fundación Vida, Naturaleza y Legado de la Cuenca de México, A.C. y certificar ante notario los dictámenes de distintos profesionales y otros documentos probatorios, para con el apoyo solidario del Movimiento de Abogados Insumisos Zapatistas (por sus siglas-MAIZ) y en nuestro carácter de asociados y pueblos originarios Nahuas del Valle de México descendientes de los Acolhuas, interponer una Demanda Penal Ambiental ante la Procuraduría General de la República (PGR), –la cual ya ha sido admitida– en contra del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, S.A. de C.V., la Comisión Nacional del Agua, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, así como de quien ó quienes resulten responsables,por los delitos cometidos en contra del Ambiente y la Gestión Ambiental.
De conformidad con lo que señala el Artículo 4° Constitucional en materia de Responsabilidad por Daño Ambiental,solicitamos y exhortamos al Juez, gire sus instrucciones lo conducente, para que se suspendan las obras del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México que se llevan a cabo en la zona del Lago de Texcoco, por los delitos ambientales que significa y mediante esta Demanda Penal Ambiental, se cancele definitivamente el megaproyecto del NAICM en cualquier punto de la Cuenca del Valle de México y el resto de nuestro país, por ser probadamente INVIABLE, INNECESARIO, ECOCIDA E INCOSTEABLE. Se contemple la recuperación de todo el Sistema de Lagos de la Cuenca del Valle de México y se vuelva el estado de las cosas como estaban, ya que para nosotros los no partidistas y anti-capitalistas un lago, los ríos, los árboles, el agua, el aire y nuestra capacidad de producir alimentos sanos y plantas medicinales, además de nuestra historia y cultura, son de un valor inconmensurable.
“EL LAGO DE TEXCOCO MERECE VIVIR, PORQUE ES EL ESPEJO DE LA PATRIA, EN ÉL LA NACIÓN NACE y DEBE SEGUIR SIENDO LAGO y SUS RÍOS SANEADOS PARA REHIDRATARLO, PARA QUE REGRESE LA VIDA A TODA LA CUENCA DEL VALLE DE MÉXICO”.
Cuenca del Valle de México a 11 de diciembre de 2018.