Ciudad de México, 9 de septiembre de 2015.– Informa la página de Desinformémonos del allanamiento el día de ayer de la vivienda de las reporteras Flor Goche de Desinformémonos y Elva Mendoza de Contralínea, en la delegación Cuauhtémoc de esta ciudad.
Tanto Desinformémonos como Contralínea han sido dos medios hostigados en años recientes por sus líneas editoriales críticas, el hostigamiento ha llegado a tal extremo que ambas comunicadoras “son beneficiarias del Mecanismo de Protección a Periodistas y Defensores de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, al que ingresaron luego de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos dictara medidas cautelares a su favor”.
La leyenda de la Ciudad de México como ciudad-refugio para periodistas es eso, una leyenda. La represión en forma de hostigamiento cotidiano, golpizas y detenciones durante manifestaciones se ha recrudecido desde el inicio de la actual administración de Miguel Ángel Mancera en el gobierno de la Ciudad y de Peña Nieto en el gobierno federal. Tomas de periodistas perseguidos y golpeados por granaderos son cotidianas en las manifestaciones. Los allanamientos ilegales a casas, los seguimientos y hostigamientos son menos visibles, pero no por ello menos concretos.
Flor Goche comete el delito de dar seguimiento al caso de los 43 de Ayotzinapa, violaciones a derechos humanos y feminicidios.
Por su parte Elva Mendoza es culpable de documentar casos de megaproyectos, devastación ambiental, transgénicos y destrucción de patrimonio.
Esta agresión se suma al ataque policial en días recientes contra reporteros de #MasDe131 y al hostigamiento contra miembros de la Agencia Subversiones, además del multihomicidio sin aclarar de la Narvarte entre quienes se encontraba el fotoperiodista Rubén Espinosa.