Por Javier Hernández Alpízar
“Violencia epistémica: Se trata del conjunto de prácticas científicas disciplinares y cognitivas, las cuales, intencionadamente o no, invisibilizan la aportación de determinados sujetos sociales a la construcción, discusión y difusión del conocimiento.” Raquel Güereca Torres.
Recientemente, la Gaceta de la UNAM publicó una nota sobre la “violencia epistémica” en la cual da noticia de esta forma de violencia criticada por una académica feminista. (https://www.gaceta.unam.mx/violencia-epistemica/ )
Con el concepto de “violencia epistémica”, es la tercera vez que me encuentro con un concepto que señala y denuncia las prácticas de invisibilización de los saberes de determinados sujetos o actores sociales.
La primera vez que encontré un concepto crítico al respecto fue el de “epistemicidio”, con el cual Boaventura de Sousa Santos se refiere al hecho de producir a los otros como “ignorantes”, negando sus saberes o degradándolos a meras opiniones, supersticiones, folklor, un mero no saber.
Al respecto, usé el concepto de “epistemicidio” para denunciar la invisibilización, la negación de los saberes y propuestas teóricas de los mayas zapatistas en un texto titulado “Epistemicidio del saber teórico zapatista”.
Ese artículo termina con estas palabras:
“Por ello es importante transformar el objeto imposible: el saber, la teoría zapatista, en objeto posible, transformarlo de ausente en presente. De no hacerlo, nos volvemos cómplices de la estrategia colonial y contrainsurgente de producir a los zapatistas como no existentes (ignorantes, trasnochados, locos) y quien sale perdiendo con ese epistemicidio es la izquierda que no puede leer, comprender ni discutir ese saber. Un saber que necesitamos como insumo para una estrategia y una lucha descolonizadora y anticapitalista.” (http://radiochimia.blogspot.com/2014/06/epistemicidio-del-saber-teorico.html )
La segunda vez, encontré un término que usan algunos antropólogos: “extractivismo epistémico”. Usé el concepto en el reportaje “La muñequita otomí zapatista contra el colonialismo y el extractivismo epistémico”. (https://desinformemonos.org/la-munequita-otomi-zapatista-contra-el-colonialismo-y-el-extractivismo-epistemico/ )
Aquí se trata del robo, el plagio, el saqueo de los saberes indígenas plasmados en vestimentas como las de cualquier artesano o artesana indígena o en otros objetos producidos por ellos, como las muñequitas otomíes.
Al robar y comercializar sus diseños y sus creaciones de arte popular (llamadas “artesanías” y abstraerlas de su contexto, se les priva del rico contenido cultural que originalmente portan y significan.
Es una forma de extractivismo que ya no solo roba los objetos como materia, sino los saberes y los simbolismos, creaciones culturales, como explicaron en entrevista la antropóloga Imelda Aguirre Mendoza y el antropólogo Julio César Borja Cruz.
El extractivismo es un proceso económico colonialista, una forma de violencia que expropia cultura y saberes. Es un concepto muy cercano a lo que llama “violencia epistémica” la investigadora feminista Raquel Güereca Torres y al que llama “epistemicidio” el sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos en su “sociología de las ausencias”.
En todo caso, es el fenómeno de producir al otro, a la otra, a los otros, como ignorantes, invisibilizando, negando sus saberes y conocimientos. Por otro lado, esta violencia epistémica, o mejor violencia epistemicida, encubre el fenómeno del extractivismo: el plagio, el robo, la copia y el uso indebido de esos saberes, esa cultura, para sacar provecho mercantil, lucro, incluyendo el uso sin citar de sus saberes en textos que plagiaron e invisibilizaron a los verdaderos autores o autoras: mujeres, indígenas, estudiantes, becarios, becarias, auxiliares de investigación, escritores, escritoras o intelectuales indígenas no citados por sus plagiarios.
La manera como funcionarios y políticos del gobierno obradorista y otros políticos usan frases que sintetizan el ideario político de los mayas zapatistas y de los indígenas del Congreso Nacional Indígena es un caso. Usan fuera de contexto, y sin relación con sus verdaderas prácticas partidistas, frases de los indígenas rebeldes como: “Mandar obedeciendo”, “Nunca más un México sin nosotros” o “Para todos todo, nada para nosotros”. Asimismo, promueven supuestas celebraciones culturales del 30 aniversario del alzamiento zapatista, al mismo tiempo que niegan, invisibilizan o minimizan la violencia paramilitar, criminal y contrainsurgente que asedia sus autonomías y sus gobiernos autónomos locales en Chiapas y en otros estados.
Contra el epistemicidio, la violencia epistémica y epistemicida y el extractivismo epistémico, alcemos nuestras voces de denuncia y reconozcamos a los verdaderos autores de esos saberes, y su lucidez, no solo teórica sino práctica, al construir alternativas de vida antisistémicas. Y si usamos sus ideas y sus conceptos, citemos a sus autores genuinos.