El 8 se septiembre llegaron personas armadas al domicilio de Margarito Díaz González, representante del Consejo de Seguridad de Wirikuta, en Aguamilpa, municipio del Nayar, estado de Nayarit, y lo asesinaron con disparos en su rostro.
Margarito Díaz era un Marakame y defensor de los sitios sagrados del Pueblo Wixárika y del territorio de Wirikuta frente a la amenaza de las mineras canadienses en el estado de San Luis Potosí.
Los asesinatos de defensoras y defensores de territorios de pueblos originarios y ancenstrales vinculados con la lucha contra los proyectos mineros, y en especial contra las mineras canadienses que arrasan con territorios completos, siguen derramando sangre indígena.
El pueblo Wixárika ha sufrido otros dos asesinatos en mayo de 2017 de los hermanos Miguel Vázquez y su hermano Agustín Vázquez quienes fueron asesinados por personas armadas en el poblado de Kuruxi Manuwe, Tuxpan de Baños, Jalisco.
Margarito era un Marakame, un guía para el pueblo wixárika, quien marca el camino y el destino, como lo marcó en la lucha contra la devastación de su territorio sagrado, con paso seguro, firme y con sabiduría. Pero el Marakame también es considerado un vivo muerto que intermedia entre el mundo de los hombres y el de los espíritus. Es por ello que su partida sigue y seguirá presente en los pasos que guían la resistencia y por la libertad de su territorio contra el modelo extractivo minero.
La REMA, y como parte del Movimiento Mesoamericano contra el Modelo Extractivo Minero (M4), repudiamos su asesinato y exigimos justicia. Nos solidarizamos con su familia y con el pueblo wixárika en su resistencia digna y tenaz.
¡Por territorios libres de minería!
Red Mexicana de Afectadas/os por la Minería -REMA-