1:29, madrugada del 29 de abril de 2023.- En un patio en la ex-sede del Senado en Xicotencatl, pasadas las 10:30 de la noche la cámara revisora realiza la aprobación en masa de iniciativas legislativas que reforman decenas de leyes nacionales. Tras una reunión en Palacio Nacional a las 9 de la noche, del presidente de la república con senadores del partido oficial, de inmediato se convocó a sesión del Senado en la sui generis sede alterna, un patio, mientras observadores ponen en duda la legalidad de dicha acción. Afuera del Palacio Nacional en la plancha del zócalo concluía el concierto gratuito de famosa artista internacional.
Enseguida, sin haber pasado los proyectos de ley por comisiones y sin la presencia de senadores de oposición, sin lecturas de los proyectos en el pleno, rápidamente se están aprobando decenas y decenas de cambios a las leyes. Es muy seguro que los 66 senadores y senadoras presentes no han leído la totalidad de las cientos de páginas que se están votando, al haber llegado los legajos con unas horas de antelación al senado. Con el mismo método se votaron dichas iniciativas en la cámara de origen, la Cámara de Diputados. Por ratos están presentes 66 senadores, por ratos 65, de los 128 que componen la cámara, no hay ni uno, ni una de oposición.
Y estamos viendo el viejo ritual de levantar el dedo, la mano alzada, para aprobar las iniciativas enviadas por el presidente. El viejo ritual priísta que dijeron que venían a cambiar para siempre, logrando la cuarta transformación del país. Así que todo cambió para que nada cambie. El nuevo partido de estado con las viejas prácticas de siempre del viejo partido de estado. ¿Más allá de funciones cosméticas, alguna de estas legislaciones generará cambios de fondo para la situación económica, política, social, sanitaria de la población del país?
Entre la diversidad de proyectos de reformas que se votan destaca la liquidación del Instituto de Salud para el Bienestar, el INSABI, el proyecto insignia de esta administración que iba a lograr que México tuviera un sistema de salud mejor que el de Dinamarca. Liquidado, sin evaluación, sin mayor explicación del por qué de su extinción, y toda su estructura transferida al IMSS-Bienestar así de un plumazo y con dos tandas de manos alzadas, una en la Cámara de Diputados y otra en el Senado.
Preocupante desde ya conocer el contenido de las reformas respecto a la industria minera, para saber si empeorarán las condiciones para las comunidades afectadas por una industria que poco deja al país a cambio de sus saqueo sistemático.
También muy preocupante conocer cómo se dará la profundización de la militarización con todas las nuevas atribuciones militares que se dan en diversidad de leyes votadas esta noche.
Son tantas las reformas, que tras su publicación la opinión pública, académicos, ONGs, periodistas, tardarán semanas en determinar el contenido de lo que se cambió. Cuando debiera de ser un proceso previo en una democracia nominal. ¡Pero qué importa, para eso tuvimos a Rosalía esta misma noche en el Zócalo!
Y de las organizaciones populares, las comunidades indígenas y las amplias capas de la población ni se diga. Se sabrá el contenido de dichas reformas legales, cuando afecten los territorios comunitarios y una determinada maquinaria esté tocando a su puerta con amenazas de despojo.
Por cierto, ¿Se consultó a los pueblos y comunidades indígenas para hacer las decenas de cambios a leyes que se votan esta noche? ¿O se vio para otro lado respecto a su derecho a la consulta previa, oportuna, libre e informada?