Nueva etapa de hostigamiento contra Luis Fernando Sotelo en el Reclusorio Sur

CARTA DEL COMPAÑERO LUIS FERNANDO SOTELO.

A compañeros y compañeras,
A colectivos y cooperativas solidarias,
A los diferentes medios de comunicación autónomos y rebeldes,
A quien combate y resiste al monstruo capitalista:

Abrazo y saludo con mucho gusto los gestos de acompañamiento, solidaridad y fraternidad con mi persona y con familiares. Espero seguir demostrado pasos de resistencia y construcción de vida.

Por mucho tiempo, más de 3 años, habría vivido en un área restringida del reclusorio (Ingreso), habitando en una celda sólo y rodeado de más celdas vacías. Pero desde el día miércoles por la noche reubicaron en la misma zona, ocupando dichas celdas, a personas con las siguientes características: 1. o que toman medicamento controlado (ansiolíticos, antidepresivos, etc.) 2. o que tienen alguna discapacidad (ya no tienen un ojo, pierna, o mantienen una enfermedad de alto riesgo como diabetes, etc.). Yo sigo habitando sólo en una celda, solo que ahora tengo vecinos cercanos…

El día miércoles en la tarde me mandaron llamar a consejo técnico y me mencionaron que la reubicación de personas vulnerables se daría para mermar el hacinamiento en ingreso. Pero dentro del contexto de corrupción y cohecho que administran las “autoridades carcelarias” es común ver que las celdas se vendan. Bien se sabe que también existen reclusos privilegiados, que compran favores como el uso de horarios extendidos para recibir visita.

Recientemente ha sido cambiado el comandante de custodios y por diversos motivos desde mi condición de preso político he sido hostigado por órdenes de este personaje de apellido Labastida. En diversas ocasiones yo me opuse a que se vendieran las celdas, por ello he sido yo, y han sido las personas que me visitan, objeto de represalias y acoso. En este sentido y por eso me han retenido en el área de ingreso, para argumentar y justificar el control más rígido. Y como yo ni mis visitas hemos dado dinero alguno, ahora se me quiere restringir el horario de visita hasta las 15:00 hrs, siendo que existía permisidad para que me visiten hasta las 17:00 hrs.

Es claro que el hostigamiento viene a darse desde la presencia del comandante Labastida.

Responsabilizo a las autoridades de la subsecretaría del sistema penitenciario y a Azael Ruiz, por ser el titular de la misma, por las afectaciones y violencias sufridas por nosotros, familiares y compañeros.

Desde el día martes, 24 de Julio, a las personas que me visitan se les ha escoltado en la salida, causando intimidación y acoso. El director del centro Reclusorio Sur ya se comprometió a que cesen estas prácticas de parte de los custodios, pero él mismo debe ser consciente de que la desigualdad se origina por la compraventa de prerrogativas. También el es responsable de todos estos agravios.

Así como el día jueves 26, en el que yo personalmente me puse de acuerdo con las personas vulnerables para que dejaron de pagar el pase de lista y el derecho a recibir visita (el primero de $30 y el segundo de $50). Y también yo rompí la lista que manejan los custodios en donde tienen apuntado a quién y cuánto hay que cobrar por ello. De tal manera que el custodio que se encontraba ese día, apodado “lápiz” o “apiz”, encerró a todas las personas no privilegiadas, aunque pagarán así la lista y visita, y les invitaba a la violencia en mi contra, diciendo que por culpa del “llamas a mi” (o sea, yo), por andar de revoltoso. Amenazando me además de que me castigaría por alterar el orden. Sí alterar el orden es hacer temblar a los poderosos administradores del sistema corrupto, pues este custodio proteje o intenta proteje muy bien al director y al comandante.

Hasta ahora me encuentro bien, no se ha dado ningún choque con otros internos, trato de que exista respeto con ellos. Pero con quien el custodio y llavero ejercen sometimiento trato de encontrar la rabia contra la brutalidad capitalista.

Estoy desesperado porque aún me veo preso, y no estar con las personas que quiero a la hora que quiero es algo duro. No menosprecio cada esfuerzo colectivo por excarcelarme o cada palabra de aliento o abrazo de los y las compañeras. Y debo reconocer esta desesperación como motivo o incentivo para seguir estando en pie de lucha.

Espero escribir tan pronto llegue el ánimo y la idea.

¡Un abrazo y todo mi fuego combativo!

Fernando.

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