Hermanas, Hermanos, siguiendo los pasos de nuestros mayores en las veredas nacidas de la Cátedra Tata Juan Chávez Alonso, nos reunimos el 30 de enero de 2016 en la comunidad Chinanteca de San Antonio de Las Palmas, municipio de Tuxtepec, Oaxaca delegados de los pueblos Mazateco, Binniza, Chinanteco, Maya, Purepecha, otomí, Nahua, Wixárika, Tepehuano, Tzotzil, Chol, Popoluca, Zoque y Tzeltal, provenientes de 32 comunidades de los estados de Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Yucatán, Campeche, Guerrero, Michoacán, Estado de México, Morelos, Distrito Federal y Jalisco.
Nos reunimos para vernos y escucharnos en el otro, en el que vive todos los días el despojo, la represión, el desprecio y la explotación en cada uno de los rincones de la geografía indígena, donde se anuncia el relampagueo de la tempestad que cubre nuestros territorios, de la tormenta engendrada en la oscuridad del capitalismo. Nos encontramos para sabernos una vez más en la historia de nuestros ancestros y la nuestra propia, para encontrar y buscar los caminos y poder seguir existiendo como somos en cada comunidad, barrio, nación y tribu de los que cada día tejemos el Congreso Nacional Indígena en la difícil tarea que heredamos los pueblos originarios de cuidar el mundo. Desde aquí volteamos la cabeza colectiva para entender los horizontes donde vemos lo que vemos.
Vemos los caminos mentirosos que nos ofrecen con múltiples rostros los de arriba que se dicen sensibles al dolor y desesperación de los que bajo sufrimos esta guerra; de los caminos que nos ofrecen los de en medio que dicen estar de nuestro lado mientras coquetean, se abrazan, dialogan y negocian con el de arriba nuestro dolor y esperanza, ofreciendo a nuestros compañeros protagonismo, cámaras de televisión, viáticos, recursos y proyectos que desfiguran nuestra lucha y desvanece los tejidos que mero abajo se construyen.
Vemos también al que estando abajo sueña con estar arriba y se convierte en el verdugo que con el corazón muerto no vemos hasta que nos asesinó, nos dividió, entregó nuestra madre tierra a los que la quieren destruir aun sabiendo que es su madre también, engañó a nuestra gente para aceptar las mentiras y traiciones del gobierno diciendo que son buenas sus intenciones.
Pero vemos también el camino que nos compartimos abajo, ese que sale del corazón colectivo de un pueblo, el que se escucha así mismo y entiende el sentimiento del hermano que lucha y sufre igual que nosotros, del que entiende que la justicia se siembra en la tierra, como lo sembró nuestro compañero Federico Ortiz, hermano del pueblo purépecha con cuyo legado invitaba siempre a caminar solitos, sin los partidos, sin que nadie nos mande ni nos diga cómo.
Recordando ese legado iniciamos nuestra asamblea en el territorio Chinanteco al que no alcanzó a llegar físicamente tras fallecer el pasado 23 de enero de 2016. También del compañero Felix Serdán, vocero del Congreso Nacional Indígena y Mayor Honorario del Ejército Zapatista de Liberación Nacional acaecido el 22 de febrero de 2015 quien hablaba a los jóvenes diciendo que hay que “dejar la apatía, que se cultiven y adquieran conocimientos pues si no despertamos seguiremos siendo arrollados por esa tempestad que se ha iniciado”. También al compañero Tata Juan Chávez quien se adelantó el pasado 2 de junio de 2012 dejando su palabra reiterada de que debemos pensar y trabajar sin descanso por “la reconstrucción no de un sólo país o un sólo pueblo, sino de un nuevo mundo”. Son estos los pasos y el horizonte que vemos cuando nos vemos en el largo camino que nos falta a los pueblos organizados en el Congreso Nacional Indígena.
Considerando lo anterior, por acuerdo de nuestra asamblea ampliada de coordinación declaramos:
1. Hacemos nuestro el repudio a los despojos territoriales en el territorio indígena Chinanteco, a través de la imposición de reservas ecológicas, pago por servicios ambientales, programas que llevan a la privatización de la tierra como el PROCEDE y PROCECOM, y en contra de la imposición de 13 corredores turísticos, así como la autopista Tuxtepec- Oaxaca que pretende despojar a 11 comunidades chinantecas y zapotecas, lo que ha sido acompañado de concesiones mineras en terrenos comunales. Denunciamos la falta de justicia en el crimen orquestado en contra de Maximino Salinas Hernández, autoridad comunitaria de San Antonio de las Palmas emboscado y asesinado el 30 de junio de 2013 por paramilitares que operan en la región protegidos por los malos gobiernos y que hoy los asesinos se encuentran libres.
2. Denunciamos la complicidad de los tres órdenes del mal gobierno para intentar despojar y privatizar la totalidad de los terrenos comunales del pueblo Tepehuano y Wixárika de la comunidad autónoma de San Lorenzo de Azqueltán, Jalisco y ratificamos nuestro reconocimiento a su territorio y autoridades autónomas.
3. Reiteramos nuestro rechazo a la destrucción de los lugares sagrados de los que dependen los tejidos sociales autónomos del pueblo Wixárika mediante agresivos proyectos mineros en el desierto de Wirikuta, San Luis Potosí, que pese a la suspensión judicial existente sobre 78 concesiones mineras persiste la explotación ilegal en los poblados de San Antonio de Coronados y la Presa Santa Gertrudis con la abierta complicidad de los malos gobiernos, quienes mantienen una permanente campaña de división para consolidar esta destrucción cultural y ambiental.
4. Denunciamos la embestida existente por parte de gobiernos y empresarios para apropiarse de los terrenos ejidales, sitios arqueológicos y lugares sagrados del pueblo Maya en el estado de Yucatán, de manera particular la digna lucha de pobladores y pobladoras de la comunidad de Chablekal en el municipio de Mérida por detener la venta de terrenos para ricos y empresas inmobiliarias a costa de la privación del derecho de la mayoría a la tenencia de la tierra. De la misma manera exigimos el cese al hostigamiento y represión en contra de los miembros de la Red Contra las Altas Tarifas de Luz Eléctrica de Candelaria, Campeche.
5. Repudiamos la militarización del territorio indígena en la región de los Chimalapas, en la colindancia entre los estados de Chiapas, Oaxaca y Veracruz y las intenciones de construir una Base de Operaciones Mixtas con el supuesto pretexto de detener las invasiones agrarias, cuando sabemos perfectamente que han sido los mismos gobiernos de los estados y el gobierno federal el que con sus mentiras, proyectos perversos y despojos en otros territorios han sido los responsables de crecer las invasiones y provocar conflictos entre los mismos pueblos.
6. Exigimos la cancelación de los proyectos de muerte que en cascada se han tendido sobre los pueblos del Estado de México, pasando por alto la voluntad reiterada por las comunidades Nahuas y Ñatho, en medio de supuestas consultas que lo único que han hecho es suplantar la palabra de los pueblos originarios, como es el caso de la autopista Toluca- Naucalpan para cuya imposición se han valido de la violación sistemática y violenta de la autonomía de las asambleas comunitarias como es la fuerte presencia policiaca para intimidar las voces que se oponen a la destrucción del bosque otomí mexica en las comunidades se San Francisco Xochicuautla y San Lorenzo Huitzizilapan, así como para el resguardo de las maquinarias de la empresa privada Autovan, concesionaria de dicha obra. Así mismo exigimos la cancelación de la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México y las obras complementarias que ya están llevando a la destrucción y despojo de las comunidades de la cuenca del Valle de México y la vida del lago de Texcoco; proyecto para el cual se han valido de graves represiones como la sufrida por el pueblo de San Salvador Atenco en mayo de 2006, sin que hasta la fecha hayan sido castigados los culpables. Los que somos el Congreso Nacional Indígena reiteramos que no concederemos ni perdón ni olvido a los asesinos, torturadores y violadores tanto materiales como intelectuales.
7. Saludamos la decisión del ejido Tila en el estado de Chiapas en sus pasos hacia la autonomía y la decisión de sacar de su territorio al Ayuntamiento Municipal, así como a la comunidad de Los Laureles y San Hisidro que recuperaron alrededor de 70 hectáreas en 3 ranchos, de los que habían sido despojados.
8. Denunciamos la impunidad absoluta que ha habido en contra de los asesinos del niño Hidelberto Reyes, de la comunidad de Santa María Ostula, Michoacán, asesinado por el ejército mexicano el pasado 19 de julio de 2015 en el operativo para detener al comandante de la policía comunitaria Cemeí Verdía Zepeda, liberado el 24 de diciembre de ese mismo año. Y la impunidad y protección de la que han gozado Mario Álvarez López y Federico González Medina, jefes de plaza de los Caballeros Templarios en la costa de ese estado y autores intelectuales de los 34 asesinatos y 6 desapariciones que han sufrido comuneros de Ostula desde el 29 de junio de 2009 y que han tenido como objetivo el despojo de la tierra y playas para el tráfico de drogas, de maderas preciosas en peligro de extinción y la explotación legal e ilegal de minerales en toda la región. Todo ello mediante operaciones conjuntas entre todos los niveles del mal gobierno y bandas narco paramilitares. Exigimos el respeto absoluto a la autonomía de la comunidad, su policía comunitaria y su territorio.
9. Reiteramos la demanda irrenunciable de que el gobierno mexicano presente con vida a los 43 compañeros estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero y sean castigados los mandos policiacos, militares y políticos responsables de este crimen. Sabemos que del Estado solo tendremos mentira y traición al tratar de ocultar su culpabilidad y obstruir la las investigaciones que ha venido realizando el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
10. Repudiamos la rearticulación de grupos paramilitares en torno a las comunidades bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, acompañada del aumento en los patrullajes militares por tierra y aire. Advertimos que la guerra contra la los pueblos zapatistas es también contra todos los que soñamos, construimos y luchamos por otro mundo posible, y que siempre como Congreso Nacional Indígena estaremos alerta para actuar en consecuencia.
11. Nos pronunciamos por la libertad inmediata de los presos políticos de nuestros pueblos, cuyo único delito ha sido la defensa de la madre tierra, de la dignidad y de la vida para sus pueblos y las futuras generaciones.
Presos de San Pedro Tlanixco, Estado de México.
- Rómulo Mireles sentenciado a 54 años de prisión
- Pedro Sánchez Berriozábal sentenciado a 52 años de prisión
- Teófilo Pérez González sentenciado a 50 años de prisión
- Lorenzo Sánchez Berriozábal espera sentencia
- Marco Antonio Pérez González espera sentencia
- Dominga González Martínez espera sentencia
- Prevalecen dos órdenes de aprehensión
Presos de San Miguel Aquila, Michoacán
- Agustín Villanueva Ramírez sentenciado a 27 años
- Vicente Villanueva Ramírez sentenciado a 27 años
- Efraín Villanueva Ramírez sentenciado a 27 años
Presos de San Sebastián Bachajón, Chiapas
- Santiago Moreno Pérez
- Emilio Jiménez Gómez
- Esteban Gómez Jiménez
Presos Loxichas, Oaxaca
- Álvaro Sebastián Ramírez
- Justino Hernández José
- Eleuterio Hernández García
- Agustín Luna Valencia
- Abraham García Ramírez
- Fortino Henriquez Hernández
- Zacarías Pascual García López.
Abajo y a la izquierda seguiremos caminando, porque solo ahí es donde puede renacer la verdad y la justicia para nuestros pueblos, solo ahí donde construimos con el corazón puesto en las futuras generaciones y las raíces puestas en los que nos han antecedido desde allá, donde la vida comienza para todos sin excepción.
Por la Reconstitución Integral de Nuestros Pueblos
Nunca Mas un México Sin Nosotros
A 24 de febrero de 2016
Congreso Nacional Indígena.