La acción anterior es atentado grave al derecho a la protesta social y la libertad de expresión que tienen todas las personas, en particular los estudiantes de las Normales Rurales. Estas prerrogativas, son los canales adecuados para dar a conocer la inacción y el incumplimiento del Gobierno Estatal y Federal con el derecho a una educación de calidad para los Normalistas Rurales de Tiripetío. Sin embargo, al dispararles con armas letales, se conculcan flagrantemente estos derechos, se silencian las voces de los estudiantes inconformes y se manda un mensaje que inhibe el derecho de asociación y organización estudiantil.
Hacer un uso desproporcionado de la fuerza pública y armas letales para contener las manifestaciones públicas es una acción ilegal, proscrita y prohibida por las Leyes y los tratados internacionales de Derechos Humanos, por lo tanto el proceder del Gobierno Estatal y Federal contra los Normalistas de Michoacán merece una investigación y una sanción correspondiente.
Aunado a lo anterior, esta agresión a los estudiantes de Tiripetío se inscribe en el marco de una criminalización y represión sistemática y generalizada que viven los Normalistas Rurales y que en los últimos años ha ido en ascenso. La estigmatización a los normalistas rurales y las agresiones que han sufrido seguidas de la impunidad que las caracteriza, crearon un marco permisible para la desaparición de los 43, el asesinato de 3 y las lesiones de 10 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, Guerrero. Las propias palabras del Gobernador de Michoacán Silvano Aureoles – “espero que después de la garrotiza que les pusieron en Aguas Calientes ya también le piensen un poco” – son una evidencia del desprecio a la educación pública y a los Normalistas Rurales y forman parte de la cauda de estigmatización que se cierne contra los estudiantes.
No podemos permitir que graves violaciones a los derechos humanos como estas pasen desapercibidas, tenemos la obligación de denunciar y evidenciar que las agresiones de los gobiernos contra las normales rurales son ilegítimas e ilegales, que en nombre de un concepto abstracto y ambiguo de “orden público” se tiene permiso para disparar, matar, desaparecer y lesionar a jóvenes que lo que buscan es estudiar y contribuir al mejoramiento de la educación de este País.
Por todo lo anterior exigimos:
- Una investigación pronta e imparcial para ubicar y sancionar a los responsables materiales e intelectuales de las agresiones a los normalistas de Tiripetío, Michoacán.
- Atención pronta de calidad para Gael Solorio Cruz
- Resolver las demandas de los estudiantes Normalistas de Tiripetío.
- Que la Cámara de Diputados abra de oficio un juicio Político contra el Gobernador de Michoacán para que se investigue su responsabilidad en los presentes actos violatorios a los derechos humanos.
- Cese la represión contra la Normal de Tiripetío Michoacán y todas las Normales Rurales del País.
ATENTAMENTE
Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan
Centro de Derechos Humanos “José María Morelos y Pavón”
Colectivo contra la Tortura y la Impunidad
Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos
Red Guerrerense de Organismos Civiles de Derechos Humanos.
Publicado originalmente en: http://www.tlachinollan.org/comunicado-las-agresiones-las-normales-rurales-no-cesan/