Por GS
Monterrey, Nuevo León, 5 de noviembre de 2014.- Pancartas, mantas, percusiones y consignas, acompañaron la marcha en Monterrey. Ni la llovizna, ni el frío, desalentaron a los aproximadamente 500 manifestantes que asistieron el día de hoy en solidaridad con Ayotzinapa.
La cita fue a las 6:00 pm en la Plaza de la Purísima, ubicada en el centro de Monterrey. A la hora acordada, se comenzaron a congregar estudiantes de universidades, tanto públicas como privadas, y miembros de diferentes organizaciones civiles. Entre consignas como “Vivos se los llevaron, vivos los queremos” y “No estamos todos, nos faltan 43”, partimos a las 6:30 pm rumbo a la Procuraduría de Justicia, donde Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecid@s Nuevo León (FUNDENL), ya nos esperaba.
Mientras las madres y familiares de FUNDENL daban su testimonio y denunciaban la falta de justicia, el contingente las acompañaba con un “No están solas”. Después recorrimos las calles de Ocampo y Juárez alzando la voz bajo la consigna “Guerrero aguanta, Nuevo León se levanta”, hasta llegar a la Plaza de Colegio Civil, donde nos reunimos con la CNTE Nuevo León. Ahí nos detuvimos y escuchamos a compañeros normalistas, quienes posteriormente también se integraron al contingente para seguir rumbo a la Plaza de la Víspera de la Transparencia -plaza tomada por lxs familiares de desparecidxs en el estado-.
Los ánimos aumentaron al ver caras nuevas. “No somos los mismos de siempre”, se alcanzaba a escuchar entre quienes normalmente asisten a las manifestaciones. El coraje y la indignación también estuvo presente, “Fue el Estado” se alcanzaba a leer en una manta sostenida por un compañero, o “Nos quitaron tanto, que nos quitaron el miedo”.
Hoy nuevamente salimos a las calles, como hace un buen tiempo no se lograba. Éramos tantos y tantas, que el frío fue lo de menos. En la Plaza de la Víspera de la Transparencia, bloqueamos una parte de la calle Zaragoza, y por espacio de casi una hora y media escuchamos las palabras de varixs compañerxs, poesía y música, y observamos un performance.
A las 9:00 pm la gente se iba retirando, pero los corazones seguían latiendo con el ritmo de “Yo vengo a ofrecer mi corazón” y “Sólo le pido a Dios”. Poco más de media hora después, el contingente se disolvió, con la invitación de nuevamente salir por todxs lxs que nos faltan, hasta tenerlxs de vuelta.
