Quiero una huelga grande, para escuchar los pasos del tirano que se marcha

No olvidamos Atenco, Ayotzinapa, Nochixtlán, Tlatlaya, Apatzingán, Tanhuato, feminicidios, asesinatos de periodistas, 120 mil asesinados, 40 mil desaparecidos, 95% de impunidad en la persecusión del crimen, megaproyectos golpeando y destruyendo a su paso pueblos indígenas, reformas estructurales entregando más el país a las transnacionales, represión masiva contra los movimientos sociales…

Faltan unos minutos para que termine el sexenio presidencial de 2012-2018, bajo el mandato de Enrique Peña Nieto, quien obtuvo el cargo mediante la compra masiva del voto, y que cursó con los niveles de aprobación más bajos desde que hay registro, de entre 10 y 20%. Con la cruenta represión del 1 de diciembre de 2012 llegó y concluyó con la violenta represión contra la avalancha de migrantes centroamericanos en medio de una emergencia humanitaria. Durante 6 años dio continuidad a la Guerra de Calderón, y logró incluso mayores cifras de asesinados y desaparecidos que su predecesor, sumando entre ambos un cuarto millón de asesinados en 12 años y unos 60 mil desaparecidos, siendo 2018 el año más violento desde el inicio de la guerra.

El inicio del sexenio de Peña Nieto como gobernador del estado de México ya había arrojado la masacre de Atenco en el año de 2006, con su cauda de violaciones sexuales, torturas masivas, cientos de heridos y cientos de presos políticos, además de 1 niño y un joven asesinados. En sus últimos minutos, con un sexenio plagado de intensas represiones a los movimientos sociales y a la población en general, con una corrupción rampante del priísmo de siempre es un alivio que por fin se marche, ya no habrá un día más de la masacre del día de Peña Nieto, aunque el futuro sea aún nebuloso y sombrío, y quede la vida de lucha por delante, pero el chacal que se cebó en Atenco ya no será gobierno.

En su partida recordamos el poema “Huelga” de la poeta y narradora nicaragüense Gioconda Belli:

Huelga


Gioconda Belli

Quiero una huelga donde vayamos todos,
Una huelga de brazos, de piernas de cabellos,
Una huelga naciendo en cada cuerpo.
Quiero una huelga
De obreros
De palomas
De choferes
De flores
De técnicos
De niños
De médicos
De mujeres.
Quiero una huelga grande
Que hasta el amor alcance.
Una huelga donde todo se detenga,
El reloj
Las fábricas
El plantel
Los colegios
El bus
Los hospitales
La carretera
Los puertos.
Una huelga de ojos, de manos y de besos,
Una huelga donde respirar no sea permitido
Una huelga donde nazca el silencio
Para oír los pasos
del tirano que se marcha.

Un comentario

  1. Rigoberto Islas Quirarte

    Interesante. Saludo para todos. Sin posibilidad de asistir un agrafecimiento por la invitación

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